REFLEXIÓN
LA NUEVA GENIERACIÓN
Cada vez con mayor frecuencia se recurre al término 'generación perdida' para referirse a la actual juventud española. Pero nosotros preferimos llamarla "genieración".
Es cierto que ser joven nunca ha sido fácil. ¿Pero acaso otras generaciones nunca se han levantado con ganas de comerse el mundo? Esa que vosotros llamáis generación perdida es una generación que defiende sus derechos y libertades, la que rechaza ser esclavos de un sistema educativo moderno donde se valora más un aprobando que el propio aprendizaje, la que está harta de escuchar “no estudies eso, que no tiene futuro”, la que lucha por su felicidad mientras el resto del mundo sigue su curso. La que estudia varias carreras, sabe idiomas, vive experiencias increíbles, tiene amigos alrededor de todo mundo, se interesa por otras culturas y se niega a ver a otros países como la mejor opción para su futuro, en vez de un lugar idóneo para pasar las vacaciones.
Siempre se habla y se nos relaciona con los “ninis” pero… ¿Dónde están los “sisi”? Somos muchos los jóvenes que trabajamos duro para alcanzar nuestros objetivos, los que dedicamos más horas que tiene el día a lo que de verdad nos apasiona o los que trabajamos para poder pagarnos los estudios.
Nuestra generación es esa que ha decidido apostar fuerte. Apostamos por el arte, por la música, por una información fiable y veraz; por la igualdad, por los valores, por una educación donde quepamos todos, por un mundo sin fronteras, por un aprendizaje continuo y, en definitiva, por todo aquello que nos aporta felicidad. Y mientras el resto del mundo continúa desprestigiando las carreras que se dedican a enseñar todo esto, nosotros decidimos apostar por ellas, ¿y el futuro? El futuro ya se verá.
Somos ese grupo de jóvenes que se niega a resignarse frente al mundo y a aceptar que somos una generación destinada al fracaso. Tenemos muchísimas cosas que aportar al mundo; nuevas ideas, nuevos objetivos, mentalidades diferentes, aspectos renovados y todo eso no puede echarse a perder o quedar en el olvido.
Es cierto que nuestra forma de vida es diferente, pero no por ello tenemos más facilidades, ni se nos han dado siempre todo hecho. Se nos cataloga de vagos o carentes de valores. Y quizá sea justamente todo lo contrario, ¿no crees? Nosotros nos sentimos muy afortunados, pues a pesar de todo lo que tenemos al alcance de nuestra mano, seguimos valorando un café con amigos, la comida de la abuela, un abrazo de nuestros padres, el vermú del domingo o una simple charla por el parque.
Somos conscientes de que nos enfrentamos a un mercado laboral complejo, difícil y que nos ofrece muy pocas oportunidades. Pero lejos de rendirnos, o de quedarnos esperando, luchamos duro cada día para hacernos un hueco dentro de él, pues si por algo nos caracterizamos es por ser una generación ambiciosa e inconformista.
Somos esa generación en la que cada uno decide qué quiere ser, sin importar lo que los demás opinen. Somos solidarios, empáticos, sociales, soñadores… Somos esos que, si sentimos ganas de decir algo, lo decimos o si queremos preguntar algo, lo preguntamos. No nos da miedo el fracaso, pues nos han enseñado que, si caemos, nos levantaremos más fuertes.
En términos históricos, la generación perdida nos recuerda a Hemingway, Dos Passos, Fitzgerald… auténticos genios. Y… ¿No será que nos han comparado con ellos porque en cierta parte piensan que nuestra generación también puede pasar a la historia?
Y es que, cuando esta confusión pase, dejaremos de ser la generación perdida para ser la nueva genieración, es decir, la nueva opción.
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